Otra vez... otra vez, estás llorando,
como ayer, hoy te he visto sollozar...
sin saber... que el dolor te está matando,
que la culpa de tu angustia
son tus celos sin razón...
Corazón... no llorés, porque tu llanto
me hace mal... no te puedo ver llorar...
al pensar que tu amargo desencanto
te lastima, tanto y tanto,
que cegará... tus ojos, si llorás...

No pensés, tantas locuras, yo soy tuyo,
te lo dice quien te quiere de verdad...
No hagas caso de la gente y su murmullo
que ellos gozan, ¡solamente haciendo mal!...
No es posible ya ,vivir como vivimos,
con la duda, que se clava cual puñal...
Que la duda duele más...
que aquel que mata de traición
un corazón...
por gusto de matar.

Si sufrís... yo también sufro tu pena,
sin tu fe, de qué sirve el corazón...
y por qué... arrastrar esta cadena
soportando tu silencio
y tu eterno sollozar...
Nunca habrá... otro amor en mi camino,
ni tendré... otros labios que besar...
Que sid Dios... quiso unirte a mi destino,
no habrá duda, ni habrá olvido...
que pueda más... que todo nuestro amor.