Por qué a nuestro amor lo juzga el hombre
Si Dios es quien inspira esta emoción,
Y es Él, quien ha encendido las pasiones
Que arrastra nuestra vida en su turbión.
Y es Él, por el misterio de un designio
Más fuerte que la humana tentación,
Que acaso completando nuestro sino
Pudiéndolo evitar, no lo evitó.
Veremos quién es quién
Quién, cara a cara,
Se atreve a ser el juez
De nuestro amor.
Veremos de una vez
En qué balanza,
Se pesan los que hoy
Hablan de los dos.
Que nos señale aquel
Que esté sin culpa,
O aquel que nunca supo
Qué es amor.
Que nos condene aquel
Que al condenarnos,
Confiese que se cree
Mejor que Dios.
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