Este tango de lunga fama e interminable suceso, nació allá por el año 1923, cuando el alemán-chileno-argentino José Bohr (Yopes Elzer Böhr), lo creó como regalo a un español que tenía un negocio millonario en Punta Arenas (sur de Chile). Lo tituló entonces "Feria franca".
Una serie de casualidades influyeron en la deriva de este tango. Bohr fue un personaje multifacético que tanto podía ser director de cine (¡de aquel incipiente cine!), actor, pianista, cantor, compositor, artista múltiple, charlista, inventor de un instrumento musical, el serrucho, que fue asombroso en su momento. Por sobre todas las cosas, Bohr fue un aventurero que solicitó y obtuvo la ciudadanía argentina cuando se afincó en el país en 1921 y logró dos éxitos fenomenales: el camel-trot Tut-Ankh-Amón, que grabaría la orquesta de Francisco Canaro con un resultado espectacular en la venta de discos, y enseguida, Cascabelito.
La editorial Perroti sacá a la venta la partitura de Cascabelito, con su título inicial: "Feria franca". El poeta y sainetero Juan Andrés Caruso, que visitaba seguido la Casa Castiglioni, ya que era amigo de los dueños, escuchó este tema y le propuso a Bohr, ponerle versos. Caruso había cosechado fama con sus creaciones y el autor de la música, ni lo dudó, le dio el sí rápidamente.
Entonces Caruso, pensando en los próximos carnavales decidió crearle una letra relacionada con los mismos, que entonces representaban una fiesta maravillosa y popular, lo tituló Cascabelito y los versos se remiten precisamente a las mascaritas con que se disfrazaba la muchachada. Fue lanzado en los carnavales de 1924, y el intrépido Bohr, con un armonio portátil que le cedió la empresa y montado en un mateo, fue tocando su pieza por cuantos desfiles y palcos se montaron en Buenos Aires. El tango tuvo gran éxito.
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