Anselmo Acuña, resero, cuando se siente cantor en su humildad de gorrión, tiene el alma de un jilguero. Ni lerdo ni ventajero, manso y fuerte como un buey Anselmo Acuña, resero es un criollo de ley.
Tropa, tropa, tropa, no lo llores corazón... Hermano de las estrellas eran los ojos de aquella dos trenzas de seda negra, coronaban su cabeza y era su boca una breva, como una heriza cereza pa' que aumentar la tristeza, no la llores corazón.
Y era su boca una breva como una herida cereza pa' que aumentar la tristeza no la llores corazón... Tropa, tropa, tropa, no la llores corazón.- |
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