Le site de référence de la planète Tango Histoire du tango |
|
Montmartre en la actualidad Una " sucursal " de Buenos Aires en el corazón de París. En 1930, Carlos César Lenzi – que ya había escrito con éxito la letra de “ A media luz ”- era agregado cultural en la embajada uruguaya en Francia y además, el letrista de un buen tango lamentablemente no recordado como debería ser lo que se tituló “ Noches de Montmartre ” y llevaba melodía del bandoneonísta Manuel Pizarro. Era una estupenda descripción de las noches mundanas del más tanguero de los faubourgs de París : “ Muñequita de lujo labios pintados/ silueta dibujada con gran chiqué/ ¡viva tu madre ahijuna!, parla italiano/ Montmartre luces, cóctel, torre Babel./ Abismo del otario puerto del mimo/ vidriera de los vicios sin mostrador/ donde se cambia el oro por las mentiras/ y se compra al contado el falso amor ”. Antiguo cabaret de Montmartre Todo eso era común en los cabarets del barrio, que se llamaban Le Coq Ardí, L’Abbaye, Florida, Palermo, L’Ours, Téleme, Au Lapin Agile, Sevilla y el célebre El Garrón, entre otros. No por nada, los nombres castellanos eran comunes, y hasta hubo alguno en lunfardo, como lo prueba el último. Montmartre (Monte de los Mártires, parece que quiere decir) es un antiguo municipio de los arrabales parisienses, sitio de fortificaciones allá por 1860 y lugar de tango desde la década de 1910. Precisamente, como lugar tanguero continuaba describiéndolo Lenzi, aunque algo mezclado con los ritmos afro-estadounidenses y rusos : “ Jazz-band y balalaikas y bandoneones,/ mil besos, mil mujeres, el carnaval/ del mundo todo el año con sus pasiones/ desata aquí en Montmartre su bacanal”.Pero no todo era música, baile, alegría y placer en Montmartre, ese mundillo nocturno convivía con la decadencia y la miseria: “En tanto que en la oscura calle desierta,/ recostada en la puerta de algún bistró,/ Mimí, con hambre y frío, recuerda al viejo,/ romántico Montmartre que ayer pasó”, dice por allí “Noches de Montmartre” (y cuando Gardel pronuncia “Mimí, con hambre y frío”, uno siente, precisamente, hambre y frío). Pero no se trata de la ficción poética; en la Rue Lepic, una calle de ese barrio, cayó muerta - ya vieja y mendiga- nada menos que la reina del cancán, a la que Toulouse Lautrec supo inmortalizar en sus telas cuando era joven y célebre La Goulue.; El Café Chez Castelain en los años `20 En la Rue Fontaine 6 bisse, levantaba el cabaret El Garrón, propiedad del ya citado Pizarro, que anteriormente había sido el Princesse, cuando ya era sitio de reunión de los argentinos anclados en París. El nombre se debía, involuntariamente al pianista Celestino Ferrer, que le había dicho a su propietario inicial, Ely Volterra, que, con su actuación llenaría el local de argentinos y lo salvaría de los “franceses garroneros” que solían caer noche a noche. A Volterra le gustó la palabrita y el lugar cambió de nombre. Ya el Princesse rebautizado porteñamente El Garrón, Ferrer cambió otro título, el de su tango “ Alfredo y Juanita ” (nombre de sus hijos) por “El garrón”, que llevó una olvidada letra del mismo compositor : “ Oigo ya el fueye rezongar/ de un bandoneón al sollozar,/ vibra con fuerza y con pasión/ un violín que canta su amor./ Y al escuchar «El garrón»,/ y verme sola y sin él,/ siento que mi alma desfallece/ y se muere de intenso dolor ”. El olvido es lógico esos versos no están a la altura de la melodía.Pizarro - ya propietario del cabaret en sociedad con Volterra - no se quedó atrás y en 1924 compuso “Una noche en El Garrón de París”, que terminó, algo lacónicamente, en “Una noche en El Garrón” y que Carlos Gardel llevó al disco entonando la letra que le escribió Luis Garros Pe : “Ahora te queda el recuerdo/ de los giles que afanaste,/ del tipo que no fue lerdo/ en los tiempos que triunfaste./ La copa te volvió loca,/ tu amigo ya se piantó,/ pobre milonga francesa/ que conocí en El Garrón”. A propósito de Gardel, digamos que su debut parisiense se produjo en ese mismo barrio, en el cabaret Florida de la Rue Clichy 20. Corrían los días de 1928. Una esquina de la Rue Pigalle Fue en otro de esos cabarets, Le Coq Ardí donde se prefiguró, en 1924, el final de Eduardo Arolas, según una de las dos versiones de su dudoso deceso. Alguna vez lo narramos en nuestro poema “ La otra muerte de Eduardo Arolas ”. Después, Arolas moría malherido en el Hospital Bichat; la partida de defunción dice que... de tuberculosis. Vaya a saberse. Por aquellos días finales, Arolas andaba tocando en varios cabarets del barrio, por ejemplo, en el L’Abayye.Pero no sólo cabarets, también había salones de baile. Uno de los más populares era el Sans Souci, de la Rue Caumartin, que dio título a Enrique Delfino para uno de sus tangos del que dejó una grabación memorable Miguel Caló y otra olvidada, Mario Pardo, su letrista, que, paradójicamente, no menciona ni al Sans Souci ni a Montmartre. Allí dio sus lecciones de baile canyengue el “Vasco” Casimiro Aín. Volviendo a El Garrón, en su escenario, actuó en 1930, la Orchestre Argentin Bachicha que dirigía el bandoneonísta Juan Bautista Deambroggio autor de “Bandoneón arrabalero”. Pizarro, por su parte, había disuelto su sociedad con Volterra y abandonado el Garrón en 1929. Abrió, luego, otros cabarets en Montmartre, el Sevilla, el Pigalle -frente a la Place Pigalle, en la que se inspiró Arolas para su tango “Place Pigall”,- el Villa Rosa Pigalle y el Chez Pizarro, todos en la Rue Pigalle. Regresó, a fin de reverdecer sus viejos laureles, en 1951 y también entonces actuó en los cabarets de Montmartre, para fallecer, en Niza en 1982. El barrio cambió, tal como lo decía, en 1965, Jacques Plante, con música de Charles Aznavour, en el precioso vals “ La bohemia ". De todos modos, no podrá pasar el recuerdo de las noches tangueras del viejo faubourg parisiense, que suele volver en la voz intranscurrible del Zorzal: “ Montmartre,/ Place Pigall, la media noche/ Montmartre,/ cortesana en regio coche,/ los besos,/ del champán, la última copa/ la beberás en la boca/ perfumada/ de la mujer de París ”. Roberto Selles. Fotografías: De arriba hacia abajo. Montmartre en la actualidad - Antiguo cabaret de Montmartre el Café Chez Castelain en los años `20 y una esquina de la Rue Pigalle. |
Source : mail 25/1/2014, de Roberto Mancini et Eduardo Siblin.
|