Yo tengo de aquel barrio donde corrí mi infancia
El eco del silbido sonámbulo y varón,
El gusto a mate amargo en la puerta de casa,
Fragancia de glicinas y sangre de malvón.

Y corre en esa sangre por donde van mis ansias
Aquel cariño grande que siempre me rodeó,
Mis viejos y mi gente, amigos que no fallan
Habitan dentro mío, con ellos siempre voy.

Bien de barrio...
Supe ser y sigo siendo,
Con aquella religión de la amistad.
La honradez como orgullo y ese gesto
De la mano que se tiende y que se da.
Bien de barrio...
Porque aquí lo fui queriendo
Y aunque el tiempo cambie todo sin piedad,
Me gusta recoger de cada tiempo
Lo que vale, sin perder lo que se va.
Bien de barrio...
Porque esa es mi verdad.

Yo tengo de aquel barrio el sol de su baldío
Iluminando el cielo de cada amanecer,
Y sin torcer el paso me gano mi camino
Y sé brindarme a todos con ganas de crecer.

Y sigo bien de barrio, con el cordial saludo
Que se abre en la mañana del que al trabajo va,
Con el andar sencillo, las pilchas y el chamuyo
De los que son como uno, sin grupo ni maldad.